MONJES

Mojes-e1565201457864.jpg
Comparte estas informaciones:

Por:
Jeannette Miller
jeannettemiller.r@gmail.com
CC 642

Descargar aquí

Hasta donde sé en República Dominicana sólo existe una comunidad de monjes, la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia (OCSO), que llegaron a nuestro país en 1989 invitados por el fallecido Obispo de La Vega, Juan Antonio Flores. Los primeros en venir fueron los padres José Ramón Sánchez, Marcelino Prieto, Ramón de Bidegain y el hermano Pedro Gregorio.

La Orden Cisterciense es una orden monástica católica reformada, fundada porRoberto

de Molesmes en 1098, en la antigua localidad romana Cistercium, en Francia. Esta Orden desempeñó un papel protagónico en la historiareligiosa del siglo XII. Su influenciahizo «progresar al mismo tiempo el cristianismo, la civilización y el desarrollo de las tierras».

Los monjes de la Orden Cisterciense, también son conocidos como trapenses porque provienen de la reforma de la abadía de la Trapa; ellos promueven el ascetismo y el rigor litúrgico dando importancia.

Hoy, en Jarabacoa, seis monjes y dos postulantes realizan diariamente una vida de silencio y oración siguiendo el postulado ora et labora,una locución latina que significa«reza y trabaja», expresando el eje de una vida monástica que se dedica a alabar a Dios junto y al trabajo manual diario. Siembran la tierra, producen pan, semolina y otros alimentos esenciales que consumen y venden, lo que ayuda a su manutención.

En República Dominicana, el Monasterio Cisterciense de Santa María del Evangelio es considerado como un remanso de espiritualidad y de acercamiento a Dios.

Ubicado en el descanso de una loma que aparece en la carretera hacia el Mogote, la imagen de la capilla te informa que has llegado. Al lado, se ubica la hospedería; seis habitaciones individuales bien equipadas, que sorprenden por su austeridad acogedora: nada sobra, pero nada falta. Las atenciones y las comidas superan lo que uno podría estar esperando.

Desde que llegas, un baño de paz te prepara para lo que será una estadía que cambiará tu vida.

Siete veces al día los monjes van a la capilla y alaban a Dios a través de cantos gregorianos que reproducen las letras de los salmos, y estas letras están relacionadas con la hora en que se realizan los rezos. Trabajo, esfuerzo, agradecimiento… van llenando tu alma desde el amanecer y mientras el día sube, para experimentar, al atardecer, un descanso profundo que se identifica con la dicha que entra en tu mente, en tu cuerpo y en tu corazón en la medida en que el sol se oculta.

Una humildad iluminada utiliza lasflores del campo, las velas y los cantospara conseguir en el altar niveles de belleza conmovedora.

El amor y la paz en sus más altos niveles se enseñan a través del ejemplo devida que define a los monjes. Todo lo comparten: lo nuevo que han aprendido, las medicinas, los regalos que reciben… Nadie juzga, nadie presiona, nadie estigmatiza… Lo que importa es tu deseo de encontrar la paz, que es lo mismo que encontrar a Dios, y los monjes te apoyan en la búsqueda, si tú les abres tu corazón.

Laureano, José María, José Luis, Juan, Jhonny, Rafael… y ahora Mario y Max Aníbal, se convierten en tu familia espiritual de tal manera que después que los conoces nunca pierdes la seguridad de contar con ellos. Para mí es como si los conociera desde siempre. Son mis hermanos, mis padres mis guías…

Agradezco al Señor el haberlos encontrado. Dios me llevó a ellos paraque confirmara que sí hay manerasde vivir la espiritualidad siguiendo el ejemplo de Jesús.

Y así, infinidad de personas que hanvisitado el monasterio, -creyentes, no creyentes- mantienen el alimento de vida recibido en una estancia queacerca a la santificación.

Descargar aquí

Comparte estas informaciones:

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

scroll to top