Por:
Mario Minaya
lymminaya@gmail.com
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Hago lo que amo, amo lo que hago. Es un regalo de Dios. Lo doy.
Siento gozo, alegría y agradecimiento en cadaoportunidad en que puedo ser cómplice de losprocesos de transformación de la gente.
Quiero permanecer sensible ante el dolor ajeno, darmecuenta y ser un poco de luz para que esa personacamine mas segura hacia su propia sanación.
Para percibir el dolor, el sufrimiento, la angustia debo colocarme delante del otro sin propósitos, sin prejuicios, sin guion, sin necesidad. Estoy aquí, puedes ser tú.
Si sientes una alegría que no puedes definir, si no necesitas demostrar nada, si el dinero no es la razón principal, si no esperas que te agradezcan: Amas lo que haces.
El pago monetario de mi trabajo en realidad es la propina. La recompensa real por lo que hago es inmensa: bendición, salud, cariño, buenos deseos, misericordia, cuido de los míos por parte de Dios, respuestas espontáneas e inesperadas de agradecimiento.
Amar lo que hago es estar alerta para saber manejarconflictos, cansancio, descuido, daños no intencionados, incomprensiones, enfermedad, fragilidades y confusiones.
Lo que soy va modelando lo que hago y mi quehacer me va recreando a mí. Enseño aprendiendo, aprendo enseñando.
Todos los días son de los que aman su Propósito de vida, que es una combinación de pasión, misión, vocación y profesión.
Feliz día del trabajador -perdón- del A M O R.
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