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Cumplir la voluntad de Dios
En el evangelio de san Marcos 4, 31-35, leemos un texto muy característico de la predicación de Jesús, y que se ha utilizado por grupos protestantes, sobre todo, para justificar lo injustificable o hacer decir al texto bíblico lo que en realidad no dice. Es el texto que habla de «Los hermanos de Jesús». Este texto nos recuerda otro pasaje evangélico donde se hace referencia a la dicha de los pechos que le amamantaron. Pero, Jesús responde que, más bien dichosos son aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen.
Hay quienes interpretan estos textos evangélicos como un irrespeto y desconsideración de parte de Jesús hacia su madre. Pero es todo lo contrario. De hecho, la Virgen María es la feliz, dichosa y bienaventurada por haber escuchado la Palabra de Dios y ponerla en práctica. La Virgen María es llamada también la «fiel discípula de Dios y de su Hijo». En esto reside la dicha y bienaventuranza que ella experimentó. Por lo tanto, Jesús en estos pasajes evangélicos lo que hace más bien es alabar a su madre santísima por esta actitud de fe y confianza en Dios Padre.
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