Llevando el Evangelio
Con entusiasmo y alegría celebramos la Ultreya General Arquidiocesana del mes de julio. Después de celebrada la eucaristía Eduardo Pou Henriquez, quien nos dio la gran noticia de saber que todos tenemos un mismo padre que nos ama y que es nuestro salvador. Este padre constantemente nos está llamando a un encuentro personal con Él. Pou también nos dijo, que una vez tuvo su encuentro cara a cara con el Señor, reconoció que fue llamado por El, y obedeciendo a ese llamado, es que ha tenido el valor para desarrollar este tema: «LLEVANDO EL EVANGELIO». Jesús después de su resurrección se le aparece a sus discípulos y en medio de una cena le dice lo siguiente:
«VAYAN POR TODO EL MUNDO Y ANUNCIEN LA BUENA NUEVA A TODA LA CREACIÓN, EL QUE CREA Y SE BAUTICE SE SALVARÁ, EL QUE SE NIEGUE A CREER SE CONDENARÁ».
La buena noticia que debemos transmitir principalmente son los dos mensajes que nos dejó: «Amarás a Dios sobre todas las cosas y amarás a tu hermano como a ti mismo». Precisamente este último mandato, amar a tu prójimo como a ti mismo, resume toda la ley de Dios y es el que estamos llamados a predicar por todo el mundo, no solo con palabras sino con hechos.
Dios no quiere que te conformes con haber tenido un encuentro con El, haberte arrepentido de tus pecados, participar de ciertos retiros, sino que es imperativo, «vayan y prediquen» a todo las gente llevándoles en mandamiento nuevo, el mandamiento del amor. Ahora bien ¿Cómo podemos llevar la verdad de Dios si no la sabemos? El conocimiento de Cristo y su vida es esencial. Tenemos que prepararnos y conocer el mensaje que Cristo nos dejó para luego transmitirlo a los demás. Cada vez que vayamos a predicar el evangelio debemos ponernos en oración pues la obra de salvación no la hacemos nosotros sino que la hace el Espíritu Santo.
Se puede armar que lo más importante es practicar con el ejemplo, pues ¿cómo van a creer en nosotros a los que les llevamos la buena nueva, si tenemos un comportamiento contradictorio de lo que predicamos?
Dios quiere que demos frutos cumpliendo la misión de la Iglesia que es evangelizar para que todos los hombres se salven. Jesús nos propone un camino, el regalo de Jesús resucitado, llamado ahabitar en todos los corazones del mundo, es decir que nos envía a todos los ambientes y a todos los rincones de la Tierra a llevar su paz. En otras palabras a compartir la gracia que hemos recibido y llevarla a los demás. Para concluir vamos a presentarles el mensaje del Santo Padre a todos los creyentes: