La Transformación Misionera de la Iglesia

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Publicado: Viernes, 09 Mayo 2014; Escrito por  Mons. Amancio Escapa.

Señala el Papa en el primer capítulo de la Exhortación, al tratar de las transformaciones, unas características propias del mensajero que se pone en camino de misión.

Usa el Papa una trayectoria en cinco vocablos: «La Iglesia “en salida” es la comunidad de misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican, que festejan».

a) PRIMEREAN. Es decir, tomar conciencia de que es el Señor quien toma la iniciativa. Y la iniciativa parte del amor. Es lo primero y fundamental. El amor que es difusivo y quiere comunicarse con los demás.
b) INVOLUCRAN. No se conforman con mirar desde la otra orilla
las situaciones angustiosas o esperanzadoras de los demás. Se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los otros.
c) ACOMPAÑAN. El camino se hace largo. Hacerlo en solitario es dificultoso. Por eso se exige al mensajero estar cerca, acompañar a la humanidad en todos sus procesos de conversión y degustación de la buena noticia.
d) FRUCTIFICAR. La espera y paciencia son necesarias en esta transformación. Es como hace el sembrador. Lanza la
semilla y espera. Con paciencia y a su tiempo la semilla producirá sus frutos. Y «por los frutos conocerán que sois mis discípulos».
e) FESTEJAN. Finalmente la Iglesia goza y celebra la buena cosecha, aunque sea escasa, pero buena, fruto de la acción evangelizadora y fuente de  un renovado impulso donativo. (EG 25).

Y todo esto desde una pastoral de conversión desde el corazón del Evangelio. «Sueño, dice el Papa, con una opción misionera capaz de transformarlo
todo… La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral… requiere que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral en todas sus instancias sea más expansiva… en constante actitud de “salida” y favorezca la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a la amistad» (EG 27).

Toda esta tarea afecta a la acción pastoral que pide una renovación eclesial.

El lugar preferido es la Parroquia «que no es una estructura caduca». Si es capaz de «reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas» (EG 28).

La Parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración» (EG 28).

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