La Iglesia afirma que Argentina está enferma de violencia

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La Conferencia Episcopal de Argentina ha alertado este viernes de que el país suramericano «está enfermo de violencia», a juzgar por los «graves síntomas» que ha podido detectarse en los últimos meses y ha considerado necesario «un compromiso de todos en el respeto a la ley».

«Constatamos con dolor y preocupación que Argentina está enferma de violencia. Algunos de los síntomas son evidentes, otros más sutiles, pero de una forma u otra todos nos sentimos afectados», ha dicho en un comunicado difundido este viernes.

La Iglesia Católica ha afirmado que «son numerosas las formas de violencia que la sociedad padece a diario». «Muchos viven con miedo al entrar o salir de casa, o temen dejarla sola, o están intranquilos esperando el regreso de los hijos de estudiar o trabajar», ha lamentado.

Además, ha advertido de que «los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad, sino también en agresividad». «Una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio», ha indicado.

La Conferencia Episcopal ha considerado que «es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena».

En concreto, ha denunciado que «episodios de violencia escolar se desarrollan ante la mirada pasiva de algunos hasta que es demasiado tarde». «Muchos jóvenes ni estudian ni trabajan, quedando expuestos a diversas formas de violencia», ha reseñado.

Asimismo, ha advertido en contra de «responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser tales», recordando que «ellos sufren de manera particular la violencia y son víctimas de robos y asesinatos, aunque no aparezcan de modo destacado en las noticias».

«Conviene ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y de marginación, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de muchos, que contrasta con la insultante ostentación de riqueza de parte de otros», ha apuntado.

«VENGANZAS»

Sin embargo, ha subrayado que todo ello no justifica «de ninguna manera» las «respuestas de venganza de la mal llamada justicia por manos propia», en alusión a los numerosos linchamientos de delincuentes que ha habido últimamente.

Entre las causas, ha apuntado a los medios de comunicación, «que no siempre informan con objetividad y respeto a la privacidad y al dolor. «Con frecuencia en nuestro país se promueve una dialéctica que alienta las divisiones y la agresividad», ha lamentado.

POSIBLES CAUSAS

La Iglesia Católica también ha apuntado, como posibles causas de la violencia, en primer lugar, a las diversas crisis por las que atraviesa la familia, que es la primera escuela de paz». «Muchos niños y adolescentes crecen solos y en la calle provocando el debilitamiento de los vínculos sociales», ha denunciado.

«La corrupción, tanto pública como privada, es un verdadero cáncer social causante de injusticia y muerte», ha señalado, en segundo lugar. Desviar dineros que deberían destinarse al bien del pueblo provoca ineficiencia en servicios elementales», ha recordado.

Se trata de «estafas económicas y morales que corroen la confianza del pueblo en las instituciones y sientan las bases de un estilo de vida caracterizado por la falta de respeto a la ley». «A ello se agregan mafias del crimen organizado sin freno dedicadas a la trata de personas», ha añadido.

Por último, ha señalado al sistema carcelario, como fuente de violencia. «La cárcel genera en la sociedad la falsa ilusión de encerrar el mal, pero ofrece pocos resultados», ha sentenciado, instando a las autoridades penitenciarias a «cumplir su función sin violar los derechos fundamentales de todos los presos».

«OBEDIENCIA A LA LEY»

La Iglesia Católica ha sostenido que «para construir una sociedad saludable es imprescindible un compromiso de todos en el respeto de la ley». «Desde las reglas más importantes establecidas en la Constitución Nacional, hasta las normas que rigen los aspectos más cotidianos de la vida», ha subrayado.

Porque «solo si las leyes justas son respetadas, y quienes las violan son sancionados, podremos reconstruir los lazos sociales dañados por el delito, la impunidad y la falta de ejemplaridad de quienes tienen alguna autoridad».

«Esto vale también para los reclamos por nuestros derechos, que deben ser firmes pero pacíficos, sin amenazas ni restricciones injustas a los derechos de los demás», ha añadido.

Con todo ello, ha concluido que «urge en Argentina recuperar el compromiso con la verdad, en todas sus dimensiones» porque «sin ese paso estamos condenados al desencuentro y a una falsa apariencia de diálogo».

«En nuestra sociedad se encuentran también los recursos para afrontar el paciente camino de la recuperación. Todos estamos involucrados en primera persona. Destacamos, ante todo, el profundo anhelo de paz que sigue animando el compromiso de tantos ciudadanos», ha terminado.

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