«REAVIVAR LA FE»

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Por:
Maruchi R. de Elmúdesi MFC
Instituto de la Familia
mtelmudesi@gmail.com

¿QUÉ ES LA FE?

La Fe es creer, sin haber visto, como nos lo dice el Evangelio según San Juan cap. 20, 29, en las mismas palabras de Jesús a Tomás: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído».

La fe es aceptar que Dios nos ama en Cristo Jesús; que nos dio a su Hijo para nuestra salvación y que en Él sehizo nuestro hermano, que murió y resucitó para darnos la Vida.

La Fe es un Don de Dios que requierede un intermediario que nos «narre lasmaravillas del Señor». De gente que viva de la alegría que la aceptación de ese regalo significa para una vidahumana.

El niño que llega a un primer grado, ya tiene una actitud frente a la fe.

Los jóvenes que ingresan al trabajo o a la Universidad, llegan con diversos tipos de fe, aún los compañeros de uncolegio católico.

Es que la primera opción, la infantil, yla segunda opción, la de la juventud,dependen en grado muy alto de la familia y de su actitud como grupofrente a la fe y a la salvación; y nuestrapropia opción de adultos frente a laFe tiene una gran dependencia de laformación que recibimos de niños yde jóvenes.

La familia educa o deforma respecto a la Fe con sus palabras, con el climafamiliar, con las prácticas religiosas, o con su silencio o su indiferencia: la religión no nos preocupa, ni interesa, o con su desprecio u hostilidad, por la falta de testimonio de los que dicen que la practican. Entonces, la religión y la fe son un peligro del que nos defendemos.

¿Hasta dónde estas reflexiones reflejan una realidad que Ud. haya vivido?

¿En su hogar, cuánto ocupa el tema dela fe en sus conversaciones corrientes?

¿Cuáles han sido las actitudes frente a la fe de sus hijos? ¿Cuándo o a qué edad comenzaron a manifestar estas actitudes?

¿Ha influído tu familia en acercar o alejara tu/s hijos de la fe?

Los que nos pueden entregar ese Mensaje y dar ese testimonio podrían ser:

• La Iglesia, pero el niño no está encondiciones de entender el Mensaje ni de apreciar este testimonio.

• El ambiente en que vivimos: para el niñopequeño que despierta a la razón y a losvalores, no tiene «calor afectivo» y le esmás bien hostil.

• El propio hogar, si allí se dan lascondiciones para escuchar el mensaje. Para apreciar desde muy pequeño eltestimonio de los que lo viven. Si todo lo que se le dice al niño en el hogar es verdad; si ve vivir a suyos en una búsqueda de lo valioso y bueno.

Y es «que los padres son los primeros educadores en la fe de sus hijos». (ConcilioVaticano II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio de San Juan Pablo II- 1981)

Creer es comprometerse con vivir la fe como el mayor testimonio de vida delcristiano.

Es por eso, que si no vivimos esa fea la que nos comprometimos, o nos comprometieron nuestros padres cuandorecibimos el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión, nuestra fe va a irpoco a poco debilitándose hasta perderla del todo.

Debemos pues, reavivarla en nuestrocorazón primero, con la práctica frecuente de los sacramentos, antes de ir a los demása reavivarla en ellos. Entre los derechosde la familia cristiana como tal, está el creer y profesar su propia fe, y a difundirla; a educar a sus hijos de acuerdo con laspropias tradiciones y valores religiosos yculturales, con los instrumentos, medios e instituciones necesarias.

Recordemos que la fe y la misión evangelizadora de la familia cristianaposeen esta dimensión misionera católica,como verdaderos y propios misioneros del amor y de la vida. ¡Amén!

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