Por:
Norma Liliana Hincapie Ospina
Hija de la Luz – Cursillo 866
La Fe es una virtud rica para meditar. Es la fe que te mueve, en muchas ocasiones, a actuar. Una virtud que conmueve tu corazón, que te impulsa a no dejar sin acción la petición del que necesita.
Solo hay una manera en quepodemos servir a Dios: vivir y servir a nuestro prójimo,olvidándonos de nosotros mismos,quitándonos los anteojos que muchasveces tenemos puestos y que solo ven las cosas malas en los demás(creyendo que estamos nosotrosbien). En este servicio al prójimo,Dios nos ofrece otros anteojos…con ellos todo cambia, estos nos ayudana ver con más claridad lo que está frente a nosotros, nos ayudan a ver la verdad de Dios en el mundo quenos rodea. Dios quiere que nosotrosveamos a los demás a través de sus anteojos: Tú eliges.
Nosotras las «Hijas de la Luz» dimos un «Si» al llamado del Hogar Renacer para llevarles con gran ilusión y amor un tesoro que llevamos en vasijas de barro: Cristo Jesús. Pusimos manosa la obra cumpliendo la palabra delSeñor que tantas veces nos llama en su evangelio a trabajar en su reino:«Pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza lafunción de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio». (2 Timoteo 4:5). Iniciamos nuestro plande acción en reuniones en Casa San Pablo, entre risas y café diseñamosuna lista de actividades, tareas,recursos, responsables, temas a tratar,manualidades… en fin.
El día esperado llegó, estábamos listas e incluso varias hermanas connuestras familias para dar nuestroprimer «Retiro de Adviento» en El Hogar Renacer de Villa Mella a las Princesas de Dios y a los Administrativos.Encontramos un Hogar alegre, enarmonía, lleno de amor, comprensióny ayuda mutua.
Ejecutamos el plan trazado de oración,alabanza, ofrenda a nuestra santísima Madre en el día de la Inmaculada Concepción, exposición de adviento,juegos y cantos, un rato de descanso entre consentimientos y sándwiches,corona de adviento, un deliciosoalmuerzo, hora loca con detallitos… foticos, besos y abrazos, lágrimas de gozo…y para sorpresa nuestra, Dios Padre nos regaló un sacerdote y celebramos todos juntos la santa misa. ¡Que rápido paso el tiempo!, soplóel espíritu santo; grata fue nuestrasorpresa de que en señal del amor deDios que vive en nuestros corazones recibimos más de lo que creímos dar. Nuestras almas fueron movidaspor la inocencia y la dulzura de estas pequeñas Hijas de Dios.
Dios escribe las mejores historias,estas tienen los finales más felices. Conocimos el final de esta historia y nos asombramos al ver como Dios dispone todas las cosas para que, en conjunto, obren a la perfección, porque todas las cosas proceden de Él, existen por Él y para Él.
Las Hijas de Luz, pudimos acudir en comunidad a trabajar en esta viña del Señor y nos quedamos conel compromiso de continuar la acción apostólica sabiendo que es la luz de Jesus la que ilumina y da fruto a todas nuestras obras.
Muchos mensajes compartimos y recibimos, de todos, les compartimos el de la directora del hogar, un modelo a seguir en sencillez y entrega.
«Que Dios las recompense por esa luz que han traído a nuestras vidas… besos y abrazos de los colaboradores, niñas y hermanas» (Sor Amalia,Hogar Renacer).
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