Victoria Madé de Penzo
El evangelio nos trata del amor que Dios nos tiene y que envió su Hijo Único para redimirnos de nuestros pecados y para que creyéramos en Él, porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida, además que el que cree en Él tendrá vida y en abundancia. Si no tenemos a Dios en nuestra vida, la vida sería vacía y no tendría sentido, más con El todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.
El Señor me dice con este evangelio que envió a su Hijo para que muriera por mis pecados y, por tanto, yo por fe lo creo porque Jesús es la esperanza mía y de la humanidad. Mi hermano mayor me habla de diferentes maneras a cualquier hora del día y de la noche y en cualquier lugar, y por eso cada día tengo que dar gracias a mi hermano mayor por el amor que me tiene y que cada día me lo demuestra, más y más, con solo abrir los ojos por la mañana ya me está demostrando el amor que tiene para conmigo.
Y me preguntaba cómo puedo transmitir a otras personas todo este amor que el Señor me da. Pero obtuve mi repuesta y fue cuando participé y viví por primera vez el Cursillo de Cristiandad, pues me enseñaron muchas herramientas que me han ayudado a compartir con mis hermanos el amor que mi hermano mayor me ha dado.
Esas herramientas las pongo en práctica entre otras muchas ocasiones cuando voy a un Cursillo a esa bendita Casa San Pablo y les transmito el amor de Dios al compartir el evangelio; también por medio de los rollos, de las charlas entre hermanos, los cursos bíblicos que imparto en mi Parroquia, San Ramón Nonato, cuando visito a los enfermos y los domingos llevando al templo a todas las personas que encuentro en el camino y las personas mayores (mis viejas y mis viejos, como les digo) que no pueden ir solos al templo para participar de la eucaristía; en fin, ayudando a los demás en lo que me necesiten. Y ya para terminar quiero seguir con más Fe en el camino con mi Hermano Mayor llevando su amor y su evangelio adondequiera que voy. Hasta mañana en la comunión.