Publicado: Martes, 22 Julio 2014; Escrito por Manuel Lamarche
En medio de la oscuridad de nuestra vida, en los momentos más difíciles, todos sentimos cierta desesperanza, incluso cuando esos períodos ocurren como consecuencia de nuestros actos, pero qué bueno es saber que El quita nuestra culpa y pasa por alto nuestro delito, que El no mantiene su cólera por siempre, pues se complace en el amor, volverá a compadecerse de nosotros, pisoteará nuestras culpas. (Miqueas 7, 18-19)
Si sientes como que El te ha abandonado, que confiar en Él y en sus promesas fue en vano, hoy se aparece por este mensaje y te dice: «Mujer, ¿Por qué lloras?»; es una pregunta de amor, de Ese quien está contigo aunque por instantes parezca ausente; es una pregunta de motivación, de invitación a seguir confiando, pues El no ha muerto para siempre sino que está Vivo y con su Resurrección venció tus tinieblas, tu pasado y te perdona: «Mujer, ¿Por qué lloras?»; es una pregunta de esperanza, de consuelo, de Ese quien ha subido primero al Cielo para prepararte morada junto a Él, porque deseo estar contigo hasta en la Eternidad: «Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también» (Juan 14, 3)
¡Ánimo! ¡No pierdas la Fe! ¡El está contigo! ¡Sé fuerte! ¡Confía!
Manuel Lamarche
<<Aunque las montañas cambien de lugar y los cerros se vengan abajo, mi amor por ti no cambiará ni se vendrá abajo mi pacto de paz>> Lo dice el Señor, que tiene compasión de ti. (Isaías 54,10).