Por: Henry Valenzuela
ay un refrán muy popular que dice: ¡Las apariencias engañan! Y cae como anillo al dedo para aquellos que han decidido confiarplenamente en Dios. Pues una cosa es como me veas hoy y la otra es lo que Dios hará en mi mañana.
En mi caminar cristiano he visto y escuchado tantos y tantos testimonios de personas enfermas, gente con grandes problemas, matrimonios en conflictos, mujeres que no podían concebir, hermanos con graves problemas de endeudamiento y muchos más… Y ver como el Señor los ha levantado, sanado y liberado. Nos deja con la boca abierta y totalmente maravillados ante estos grandes milagros.
En la palabra de Dios en 2 Corintios 5,7 dice: ¡Andamos por fe y no por vista…! Y es que la mirada según la óptica de la fe va más allá.
Puede ser que en estos momentos estés viendo y viviendo situaciones realmente difíciles y por más que buscas la solución no la encuentras. Déjame decirte que no estás solo, que Dios está contigo y en medio de esos problemas verás su mano poderosa. Tan solo confía y quita la mirada de la tormenta y ponla en aquel que puede calmarla que es Jesús.
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