Por: P. Domingo Legua
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Siento la necesidad de dar cuentas de la cantidad de ayuda que nos llega y que estamos distribuyendo. No hay lugar a dudas que, hoy por hoy, la Iglesia Católica siguesiendo una de las instituciones más seriasy con mayor credibilidad en nuestro país. Lacaridad ha sido el santo y seña de nuestraIglesia a lo largo de su historia y debe seguir siéndolo. ¡Ay de nosotros si no lo hiciéramos!
Aun cuando los donantes se fían de la Iglesia, es mi deseo rendir cuentas a quienes han puesto toda su confianza en nosotros. Trato de ser veraz lo más posible y asumir el mandamiento de Jesús: ̈Ámense unos a otros como yo los he amado ̈. Vivo con pasión el amor a la gente, como supongo lo hacen todas las personas de buena voluntad, más si cabe, a quien más lo necesita.
La Iglesia sigue siendo la institución discreta y prudente que no siempre dice lo que hace, siguiendo así las enseñanzas de su Señor:
̈que no sepa tu mano derecha lo que hace tu izquierda ̈. Esto la Iglesia siempre lo ha hecho y sigue haciéndolo.
Soy consciente y conozco el esfuerzo que están haciendo los responsables de Pastoral Social Caritas de todas las diócesis de nuestro país. Con esfuerzo y trabajo, tratando siempre de atender lo mejor posible a nuestra gente más vulnerable aun a sabiendas que todo es poco en la situación que ahora mismo atraviesa el país por el confinamiento provocado por el COVID-19.
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