«No se hacen cristianos en el laboratorio»

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EL VATICANO.- No podemos ser buenos cristianos sino junto a todos los que buscan al Señor Jesús, como un único pueblo y un único cuerpo. No estamos aislados, nos somos cristianos a título individual. Si el nombre es: “cristiano”, el apellido es: “pertenezco a la Iglesia”, explicó el Papa en la catequesis. “Nuestra identidad es pertenencia al pueblo que lleva la bendición de Dios; a la Iglesia”.

En su segunda catequesis sobre la Iglesia el Obispo de Roma habló de la importancia del cristiano de pertenecer a este pueblo. Dios mismo se define como el Dios de sus padres; Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob –expresó Francisco-. Con nuestros padres Dios ha constituido una Alianza y permanece siempre fiel a su pacto y nos llama a entrar en esta relación que nos precede.

El pensamiento va primero, con gratitud a los que nos han precedido y recibido en la Iglesia. “Otros antes que nosotros han vivido la fe, nos la han transmitido y enseñado. Cuantos rostros queridos nos pasan delante de los ojos: padres, abuelos, familiares, que nos enseñaron la señal de la cruz y a rezar las primeras oraciones”. La Iglesia es una gran familia en la cual se viene recibido y se aprende a vivir como creyentes y como discípulos del Señor Jesús.

Este camino no solamente lo podemos vivir gracias a otras personas, sino junto a otras personas. En la Iglesia no existe el “hacélo solo” o los “jugadores libres”. La Iglesia es un “nosotros”. Hay quien entiende que puede tener una relación personal directa, inmediata con Jesucristo, fuera de la comunión y de la mediación de la Iglesia. “Yo creo en Dios, creo en Jesús pero la Iglesia no me interesa…”. Es una tentación peligrosa y dañosa, una dicotomía absurda –afirmó el Sucesor de Pedro-. “Caminar juntos es difícil pero es en nuestros hermanos y hermanas con sus dones y sus límites que Jesús viene a nuestro encuentro y se hace reconocer”.
El Vicario de Cristo concluyó la catequesis afirmando que “no se puede amar a Dios sin amar a los hermanos; no se puede estar en comunión con Dios sin estarlo con la Iglesia y no podemos ser buenos cristianos sino junto a todos los que buscan al Señor Jesús, como un único pueblo y un único cuerpo”.

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