EL TRABAJO

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POR: ALTAGRACIA SURIEL

El trabajo como bendición de Dios

El trabajo es un valor que nos permite cumplir el mandato divino de «dominar la tierra», siguiendo el ejemplo de nuestro Padre Dios que fue el primer trabajador como nos lo recuerda Génesis 1, 1-15 en el relato de la creación.

El magisterio eclesial reitera que el trabajo no es un castigo o una maldición sino una condición esencial y originaria del hombre. Si el trabajo es parte de nuestra naturaleza humana, trabajar es expresar la grandeza de Dios en nosotros, disfrutar de su bendición y bendecir a otros con nuestra acción.

En LABOREM EXCERNS, Juan Pablo II, nos anima a ver el trabajo como parte de la incesante elevación cultural y moral de la sociedad en la que viven en comunidad los hermanos y hermanas.

El trabajo como progreso y desarrollo Toda transformación familiar, social, política o económica es el resultado del esfuerzo y el trabajo de los seres humanos.La necesidad de trabajar y de crear se vincula a los genes, a la dignidad y al carácter humano que se expresa en el espíritu de vivir una vida mejor y ofrecer una vida mejor.

Trabajar es una respuesta ante la vida y los retos que esta realidad implica. Vivir es trabajar. Los orientales dicen que la mejor vida sin trabajo y esfuerzo no existe en ninguna parte.

Es común escuchar a los adultos quejarse de que las nuevas generaciones están renegando del esfuerzo y la capacidad de trabajo que heredaron de sus antepasados y que el engañoso encanto de la vida fácil está seduciendo a los más jóvenes.

Más que renegar del trabajo o del esfuerzo, la realidad juvenil a nivel mundial es el drama de la escasez de oportunidades. En nuestro país, casi un 30% de jóvenes ni estudian ni trabajan. Esta situación es preocupante si consideramos la ventana de oportunidad que constituye el bono demográ co para el desarrollo de una nación, que, aprovechado aumenta el crecimiento per cápita y el nivel de bienestar.

El Gobierno dominicano está siguiendo esta línea, como meta de la nueva gestión se propone crear 400 mil nuevos empleos.Para acelerar el desarrollo es necesario seguir promoviendo equidad de oportunidades y mejora de la productividad laboral, mediante el fortalecimiento de servicios de empleo y capacitación en el marco de la protección social.

Según OIT, la perspectiva del empleo de los próximos tres años no es la mejor. Fortalecer la alianza público privada a partir de la competitividad, la innovación y el fortalecimiento de programas de intermediación laboral, complementados con programas de capacitación en planta parece ser un camino de esperanza, sobre todo para los más jóvenes. Con estas soluciones gana el Estado, las empresas y, sobre todo, ganan las personas que aspiran a vivir con dignidad.

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