EN BUSCA DE JESUS
Lidia Mojica de Abreu
Hermoso fue el testimonio de Lidia Mojica de Abreu durante la celebración de la Ultreya Nacional Arquidiocesana con el tema En Busca de Jesús, celebrada el 2 de Febrero en Casa San Pablo. Lidia nos decía que ella tuvo su encuentro personal con Cristo en el cursillo 131 celebrado en el año 1967. Durante ese encuentro me quedaron bien clara las palabras de Jesús cuando me dijo id por todo el mundo y predicad el evangelio hasta los confines de la tierra. Mi idea era complacerlo y así lo he hecho desde entonces.
Yo había escuchado muchas veces a mi marido que me amaba, pero cuando yo no hacía algo que él me mandara o hacia algo que no le gustaba se ponía bravo. Cuando yo encontré un amor sin interés, sin esperar nada a cambio, que me amaba como yo era, sabiendo que era importante para él, que fui hecha a su imagen y semejanza, que había un Dios que me ama tal como soy, un Dios que entrego a su hijo para que todo aquel que en El crea no se pierda más tenga vida eterna, ese día cambio mi vida. Permití que Jesús entrara a mi corazón.
Dice la palabra que Jesús iba caminando y un ciego le gritaba, Jesús hijo de David ten compasión de mí. El ciego lo gritaba bien fuerte, pero lo que estaban con Jesús lo mandaban a callar. Nosotros muchas veces hacemos que las personas se callen en el camino de Jesús porque no somos verdaderamente testigos de la presencia de Jesús en nuestras vidas. Pero el ciego gritaba más fuerte, Jesús ten compasión de mí. Jesús al escucharlo lo mando a buscar y pregunto al ciego, ¿qué quieres que haga por ti? El ciego respondió, que yo vea señor. Que tú tienes que pedirle al señor en esta noche, yo no lo sé, el señor si lo sabe, así pues si tú quieres ver claro, solamente tienes que ir a Jesús. Él te preguntara de igual manera que le pregunto al ciego ¿qué quieres que te haga? El señor sabe tus necesidades pero necesita que tú lo digas, porque cuando tú se lo dices estas demostrando que tienes Fe y que crees en él. La palabra de Dios continúa diciendo que Jesús le respondió al ciego, que seas como tú has creído. El ciego por su fe recobro la vista, sin embargo él no se quedó estático en el lugar donde estaba, sino que siguió a Jesús por el camino.
Una viuda fue a enterrar a su único hijo y dice la palabra de Dios que ella se encontró a Jesús por el camino. No era que ella lo estaba buscando, ni investigando donde estaba aquel que decían podía hacer milagros, no, sencillamente la viuda fue a enterrar a su hijo. Pero Jesús es así, se puso en su camino y ella se encontró con él. Muchas veces nosotros nos encontramos con Jesús sin proponernos. Cada vez que tenemos una dificultad o un problema es un encuentro con Jesús, porque inmediatamente levantamos los ojos al cielo y hasta empezamos a hacer cosas para que el resuelva las nuestras. Tratamos de negociar con Jesús, pero a él no le gustan los negocios, no le gusta que tú le digas voy a hacer tal cosa si tú me resuelve esto. Él quiere sanarte, quiere que tú veas, demuéstrale que quieres tenerlo en tu corazón. Como les dije dice la palabra que la viuda iba a enterrar a su hijo y se encontró cara a cara con el señor, y este le devolvió la vida a su hijo. Permitamos al señor que reavive nuestras vidas, vayamos a él buscando vida como nos dice el mismo en su palabra yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia.
No te hagas esperar, el señor esta en este momento esperando por ti. Te pido señor que siempre tenga algo que me obligue caminar hacia ti. Y tú ¿has sido capaz de buscar a Jesús y pedirle que tenga compasión de ti?