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VIVIR LA PUREZA EN TIEMPOS DE DEPRAVACIÓN
En el compendio de Las Memorias Biográficas de san Juan Bosco, leemos que este santo narra un sueño que tuvo a su secretario particular, P. Juan B. Lemoine. Pero éste, al ir escuchando con atención la narración del sueño, le dijo al santo que eso era más bien una profecía. El sueño o anécdota consiste en lo siguiente. Juan Bosco fue conducido o acompañado por un ángel hacia una caverna, – que era una de las puertas del infierno -, con una especie de tela; en ella estaba escrito «6o mandamiento». Don Bosco le pregunta al ángel: ¿quiénes están detrás de esto? El ángel le responde: aquí están aquellos que no se han confesado de este pecado o se han confesado mal; de modo tal que, cuando iban al confesor sólo decían que lo habían cometido una o dos veces. También están detrás de esta puerta aquellos que han intentado engañar al confesor en el momento de la confesión. A lo que don Bosco le dice al ángel que le permita ver quiénes estaban detrás de esa puerta, porque él sospechaba que si eran de los chicos que estaban en el internado que él dirigía, cuando despertase del sueño, les hablaría de esto para que se fueran a confesar. Pero el ángel le dijo que no era necesario. Pero sí le mandó: tú predica incesantemente contra la impureza. A lo que don Bosco se propuso predicarles a sus jóvenes sobre la fealdad de la impureza y también sobre la belleza de la pureza. Don Bosco llamaba a esta virtud «La Bella Virtú» (Hermosa virtud).
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