POR: FABIANA ESCOLÁSTICO
Hoy día 7 de mayo, he despertado con sentimientos, pensamientos, emociones y recuerdos encontrados, por todas las experiencias vividas durante 25 años laborando junto a Monseñor Amancio Escapa.
¿Con qué me quedo de Monseñor? Son innumerables las enseñanzas y valores que transmitió, trataré de describir las más signifcativas.
HOMBRE DE DIOS:
Orante, que hacía suya la oración de Santa Teresa de Jesús «NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE, TODO PASA, DIOS NO SE MUDA. LA PACIENCIA TODO LO ALCANZA. QUIEN A DIOS TIENE NADA LE FALTA. SOLO DIOS BASTA». Cuando me acercaba con desasosiego, a explicarle algunas situaciones ya fueran a nivel personal o laboral, me miraba de forma penetrante y me transmitía paz, con anza y discernimiento, pero sobre todo la certeza de que cualquiera que fuera la situación ésta tenía solución.
LA HUMILDAD Y RESPETO:
En cuanto a lo material, nada le llamaba la atención, lo reflejaba en todo, por ejemplo en su vestimenta. Por lo regular con su traje gris o negro (vestía sobrio, delicado y sencillo a la vez). Recuerdo que cuando le decía «Monse, está elegante», él me respondía: «Faby ¿sabes cuánto tiempo tiene este traje?» No me decía el tiempo, pero sí que lo había mandado a la tintorería. Era muy cuidadoso. En lo personal, respetuoso, cercano, afable y siempre con una sonrisa. El ritual de cada mañana era pasar por todas las o cinas a saludar a todo su personal. Esto le llenaba de satisfacción.
RESPONSABILIDAD Y SERVICIO:
Tenía un alto sentido de responsabilidad y servicio. Para Monseñor Amancio, no habían días libres, sólo faltaba a la o cina si tenía reunión de la Conferencia del Episcopado, representar elmente al Señor Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, en algunos compromisos propias de sus funciones, visitas médicas y muchas veces después de sus chequeos pasaba por un corto tiempo por la o cina o llamaba a ver qué tal el día. Anualmente tomaba sus merecidas vacaciones a España.
«Teniéndolo todo, lo entregó todo por el Señor».Encuantoalservicio eramuyservicial en todo. Su o cina estuvo abierta para el que lo requiriera, sin importar condición alguna. Y no decir de los documentos, siempre fue diligente, mermaba hasta en la capota del carro. En algunas emergencias ya casi a su hora de salida, le decía: «Monse, ahora llegó una hermana o sacerdote del interior del país y necesita su rma para regularizar sus documentos o ciales o por asuntos aduanales», entre otros muchos asuntos, no ponía objeción y lo firmaba.
ORDEN:
Su o cina estaba en orden empezando por su agenda de trabajo. Sabía encontrar con rapidez cada documento que le entregaban y respondía de manera ágil, o si estaba con algunas dudas, me pedía llamar a la persona para que le aclarara el objetivo de la referida comunicación o solicitud.
HONESTIDAD, EQUIDAD Y JUSTICIA:
Transparentaba todo lo que consideraba. Comparto con ustedes una bonita experiencia que ejempli ca este valor. En una ocasión una persona (laica) muy cercana a él se le acercó y le pidió que le ayudara a obtener una exoneración de un vehículo y la respuesta fue que lamentablemente no podía acceder a su petición porque no entraba dentro de las leyes del Concordato rmado ante la Santa Sede con el Estado Dominicano.
Equidad y justicia. Es importante destacar que era muy detallista, para nuestros cumpleaños u otras fechas especiales siempre nos felicitaba, y a todos sin distinción alguna, nos expresaba su cariño a través de un pequeño presente.
ALTO GRADO DE ESCUCHA:
En el diálogo con las personas se concentraba en lo que les decían y tenía respuestas acertadas para cada situación planteada.